Rafael Peralta Romero. Diccionario de gentilicios dominicanos
- revistalaprensa55
- 4 oct
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Rafael Peralta Romero es un reconocido periodista, lingüista y académico de la lengua que ha hecho del estudio de la palabra el fuero creador de sus apelaciones intelectuales a la luz de la gramática, la lexicografía y la semántica de las palabras.
En el Diccionario de gentilicios dominicanos, Peralta Romero aborda la designación de ciudades, pueblos, municipios, aldeas, villorrios y parajes del territorio nacional para valorar la significación léxica y el valor semántico de sus respectivos lugares geográficos consignados en los gentilicios de la República Dominicana.
De esta obra lexicográfica de Peralta Romero se pueden inferir tres conceptos idiomáticos de singular relevancia para el conocimiento de dichos vocablos: 1. Valoración de la palabra designada como signo, fuero y cauce de los nombres de ciudades, pueblos, aldeas y villorrios. 2. Ponderación de los gentilicios aplicados donde residen sus pobladores, habitantes y vividores. 3. Identificación de los gentilicios consignados a los distintos lugares donde residen sus moradores.
El autor de este diccionario se distingue entre los escritores dominicanos y, desde luego, entre los lingüistas criollos, por el hecho de asumir la palabra para ponderar sus rasgos fonéticos, léxicos y semánticos que resaltan el significado de los vocablos usados en el español dominicano. Esa es una labor de estudio y promoción que Peralta Romero la está haciendo desde hace varios años. De hecho, ese servicio idiomático a la cultura dominicana fue la motivación que tuvo el autor de este ensayo para proponerlo como miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, una manera de reconocer esa singular labor de estudio, aporte y promoción de las voces idiomáticas que ha hecho Peralta Romero a favor del español dominicano, tarea que supone un conocimiento especial con los siguientes atributos:
1. Identificación de los vocablos que usan los dominicanos para designar sus respectivas poblaciones.
2. Estudio del significado peculiar de los gentilicios de nuestro vocabulario.
3. Consignación de voces y expresiones del lenguaje popular a la luz de las pautas lexicográficas de nuestra lengua.
El siguiente ejemplo sirve de ilustración al concepto planteado en el párrafo anterior:
“mocano, na. 1.Adj. Natural de Moca, municipio cabecera de la provincia Espaillat. U.t.c.s. 2. Perteneciente o relativo a Moca o a los mocanos.
“La Asociación de Mocanos Residentes en Santo Domingo, Inc. reconocerá con el Premio Descendencia Mocana 2018 a siete destacados descendientes de padres mocanos…” (Diario Libre, 25 abril de 2018).
Bruno Rosario Candelier, filólogo, y Antonio Rosario, jurista, se cuentan entre los mocanos más sobresalientes” (pág. 121).
Consignar el uso de las denominaciones locativas de nuestro lenguaje, como son los gentilicios señalados en este diccionario, tiene un singular mérito, y esa labor entraña un aporte del lingüista oriundo de Miches, República Dominicana, para dar a conocer aspectos singulares de nuestra lengua, como son los rasgos morfológicos, sintácticos, léxicos y semánticos de los gentilicios del territorio dominicano, sin obviar el uso que nuestros hablantes les dan a las voces que, por determinadas razones, prefieren los propios hablantes para sus respectivos parajes, aldeas, pueblos o ciudades.
Rafael Peralta Romero presenta en este diccionario un estudio pormenorizado de los gentilicios de nuestro país. De hecho, este Diccionario de gentilicios dominicanos es un aporte lexicográfico del autor, fruto de su identificación con nuestra lengua y nuestro pueblo, tarea con la que da a conocer los vocablos que usamos los hablantes dominicanos para registrar la designación de nuestras poblaciones. Ese aporte de Peralta Romero es altamente importante como lo revela este diccionario, fruto de una investigación lexicográfica en que enfoca el uso y el significado de los gentilicios dominicanos, las palabras que designan los parajes de nuestra geografía, los nombres que identifican los lugares de un territorio cuyos gentilicios identifican ciudades, pueblos, municipios, barrios aldeas y parajes donde vive la gente y, desde luego, allí donde vive la gente algo bueno tiene, y lo primero que tiene el lugar donde hay pobladores es un espacio físico de seguridad y fuente de vida y, en consecuencia, el conjunto de los gentilicios dominicanos forman parte de esta obra idiomática de Rafael Peralta Romero en la que nuestro lingüista, escritor y académico enfoca la realidad verbal de pueblos y ciudades, al tiempo que valora el significado de sus gentilicios y da cuenta, con detalles socioculturales, idiomáticos y ambientales de los vocablos usados por los propios hablantes al designar con un nombre específico el lugar donde viven, el espacio geográfico que identifican con un vocablo que en la lengua española llamamos gentilicios. De ahí el valor de un texto como este Diccionario de gentilicios dominicanos cuyos singulares atributos lo convierten en una valiosa obra. El siguiente ejemplo muestra lo que estoy subrayando:
“quisqueyano, na. 1. Adj. Dominicano. Quisqueya era uno de los nombres que le daban los aborígenes a la isla bautizada como La Española por los europeos, la cual vino luego a llamarse Santo Domingo. Los naturales, sobre todo los de la parte oriental de la isla, que son dominicanos, se han identificado por igual como quisqueyanos. U.t.c.s.2. Perteneciente o relativo a Quisqueya o a los quisqueyanos o dominicanos.
“No llores muchachita quisqueyana, esconde tu dolor un poco más que otra vez volverán a tu ventana las canciones de antaño a resonar…” (Espera quisqueyana, canción de Brillo Frómeta).
El Himno Nacional de los dominicanos inicia con estas palabras: “Quisqueyanos valientes alcemos / nuestro canto con viva emoción/ y del mundo a la faz ostentemos/ nuestro invicto glorioso pendón” (p. 147).
El nombre de los gentilicios de un país es muy importante, de tal manera que cuando uno visita un lugar lo primero que nos interesa saber el nombre de ese lugar y, de hecho, esos datos toponímicos se pueden apreciar en diferentes registros, como obras históricas, sociológicas y novelísticas, que suelen incluir los nombres de lugares donde ocurren hechos relevantes porque en toda narración, sea periodística, histórica, antropológica, sociológica o literaria, hay la presentación de ambientes, hechos y personajes, y, desde luego, los ambientes son designados por nombres peculiares que denominamos gentilicios, y, como se sabe, los gentilicios son muy importantes porque identifican un pueblo o un sitio de vivencia, origen o procedencia, vocablo con el cual nombramos un lugar que determina el aporte social, antropológico, arquitectónico, lingüístico, estético, moral, intelectual y espiritual de una comunidad, y eso es justamente lo que ha hecho Rafael Peralta Romero en este Diccionario de gentilicios dominicanos, grandioso aporte idiomático del escritor michero al conocimiento del español dominicano y a la valoración de las voces que identifican a nuestras comunidades, como lo ha hecho Peralta Romero, con detalles lexicográficos y semánticos plasmados en las voces de este Diccionario de gentilicios dominicanos, un valioso aporte del narrador, periodista y lingüista dominicano, miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua y cultor literario del Movimiento Interiorista del Ateneo Insular y, desde luego, un valioso intelectual, pues esta nueva obra pondera el acervo idiomático de los gentilicios del español dominicano, conforme se evidencia en el siguiente ejemplo:
“sabanalamarino, na. 1. Adj. Natural de Sabana de la Mar, municipio de la provincia Hato Mayor, en la costa atlántica. U.t.c.s. 2. Perteneciente o relativo a Sabana de la Mar o a los sabanalamarinos.
Es impresionante el paisaje sabanalamarino.
Los sabanalamarinos creemos en el mañana” (p. 157).En su labor como lingüista consagrado al estudio de nuestra lengua, Rafael Peralta Romero se distingue por tres singulares facetas: 1. Autor de cuentos, relatos y novelas en los que toma en cuenta hechos reales y ficticios que enriquecen el caudal de sus textos narrativos. 2. Creación de estudios de voces criollas en los que aborda aspectos específicos de giros y expresiones del español dominicano. 3. Estudio de los términos que identifican ciudades, pueblos, municipios, barrios, lugares y parajes que recoge este Diccionario de gentilicios dominicanos, un grandioso aporte lingüístico de este escritor dominicano que se distingue como narrador de ficciones y estudioso de nuestra lengua. En el siguiente párrafo ilustra un buen ejemplo de lo señalado:
“villaduartiano, na. 1. Adj. Natural de Villa Duarte, barrio muy antiguo de la zona metropolitana, ubicado en Santo Domingo Este, provincia Santo Domingo, en la ribera oriental del río Ozama. U.t. c.s. 2. Perteneciente o relativo a Villa Duarte o a los villaduartianos.
La comunidad villaduartiana se asienta donde se fundó originalmente, el 4 de agosto de 1496, la ciudad de Santo Domingo, y que una plaga de hormigas obligó a las autoridades de la colonia a trasladar la ciudad a la margen occidental.
Jit Manuel Castillo, poeta y sacerdote, y Daniel Beltré López, poeta y abogado, son notables villaduartianos” (pág. 179). Junto con el gentilicio, el autor agrega características de las localidades, en lo cultural como en lo económico. Veamos este ejemplo:
“yumero, ra. 1. Adj. Natural de San Rafael del Yuma, municipio de La Altagracia… U. t. c. s. 2. Perteneciente o relativo a San Rafael del Yuma o a los yumeros.
La comunidad yumera fue el tercer productor de granos (maíz, habichuela, frijol y maní) en el país.
Ramon Marrero Aristy y Denis Mota Álvarez son escritores yumeros” (pág. 187).
En el preámbulo del Diccionario, Peralta Romero ha desarrollado una teoría general sobre los gentilicios de donde extraigo el párrafo que cito a continuación: «El gentilicio es una genuina expresión de apego territorial, factor sentimental de unidad de los naturales de un lugar determinado. En el caso de un Estado o nación, el gentilicio queda explicitado en su acta constitutiva: “El pueblo dominicano constituye una Nación organizada en Estado libre e independiente, con el nombre República Dominicana” (artículo 1 de la Constitución dominicana)».
(pág. 16)
En efecto, el autor de este diccionario se ha consagrado al estudio de nuestra lengua y el cultivo de las letras, dos aspectos que las academias de la lengua han subrayado para enaltecer el valor de la palabra, puesto que la lengua es la base de la cultura y el centro de nuestras apelaciones intelectuales, morales, estéticas y espirituales que el lenguaje formaliza en su expresión y, en tal virtud, las Academias de la Lengua ponderan a través del estudio de la fonética de la expresión, la semántica de las palabras y la gramática de la escritura, inquietud idiomática que Rafael Peralta Romero ha cultivado, como lo revela este Diccionario de gentilicios dominicanos, el más reciente aporte de nuestro escritor y académico al estudio del español dominicano.