Los celos: sus riesgos
- revistalaprensa55
- 26 ago
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Los celos, emoción que surge como consecuencia de un afán exagerado de poseer algo de forma privilegiada. Generalmente, se refieren a la posesión exclusiva de la persona amada, aunque la conducta celosa se puede dar en otras formas de amor: hacia los padres, familiares, amistades.
Se acompañan de una combinación de interpretaciones de comportamientos de la pareja y del rival, lo que genera ansiedad, inclinando a la persona celosa a buscar pruebas de infidelidad. Acumulando tristeza, ira, odio, remordimiento, amargura, que pueden materializarse en acusaciones hacia su pareja.
Perder a la pareja se expresa cognitiva, emocional y conductualmente. Lo do minante es lo emocional, relacionado con la amenaza de pérdida personal (de pareja, relación, planes, estabilidad vital), una actitud negativa hacia un rival y la pareja, y el sentimiento de injusticia y soledad.
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Las emociones intensas pueden despertarse fácilmente mediante estímulos visuales, verbales, así como, al imaginar la infidelidad. La consolidación de este tipo de comportamiento ansioso se debe a experiencias previas de infidelidad o al inicio de sospechas, desconfianza, fomentando el mantenimiento de estos y otras emociones negativas.
Así, amigos lectores, podemos escuchar expresiones como: “Ese hombre es tan celoso, que la cela hasta con su propia sombra”, “Esa señora es tan celosa, que no soporta ni verlo tranquilo viendo TV, y ni hablar si lo ve hablando mucho o chateando por el celular”.
Factores que contribuyen a la aparición de celos en los hombres: disfunción eréctil, sensación de incapacidad para satisfacer los deseos sexuales de la pareja, disminución del deseo sexual en las mujeres, diferencias en el atractivo de la pareja, experiencia de infidelidad real en el pasado, trastornos psicopatológicos por abuso de alcohol, trastornos de personalidad y síndrome delirante.
Pueden manifestarse mediante un amplio espectro de comportamientos, desde los llamados celos normales, inherentes a la experiencia humana, hasta sus formas extremas, propias de las enfermedades mentales.
Mencionemos algunos tipos:
Celos eróticos, la persona se siente provocada por la actitud de la pareja o su propia visión de la infidelidad cometida por esta. Miedo, inseguridad, sensación de perder una relación llevan a distanciarse de la pareja e iniciar comportamientos irracionales hacia ella. Crecen la sospecha, desconfianza hacia la pareja y otras personas, surgen acusaciones, convicciones imaginarias. Como consecuencia, se intensifican el miedo, furia, ansiedad, aumentando la cantidad de juicios falsos.
Celos obsesivos, son una obsesión duradera, influyen en toda la psique, controlan las emocionespudiendo desarrollar síndromes paranoicos. Pensamientos recurrentes, desagradables, sobre la infidelidad de su pareja, aunque sin ninguna evidencia, no son capaces de suprimir estos pensamientos intrusivos que no pueden controlar. Los celos adquieren forma de pensamiento dominante.
Celos delirantes, caracterizados por presencia de convicciones fuertes, erróneas sobre la infidelidad.
Experimentan ansiedad, miedo a perder la pareja o su posición en la relación, provocando estrés e interferencia en el funcionamiento de la persona celosa o de la pareja. Tienen su origen en el alcohol o sustancias psicoactivas (anfetamina, cannabis), que influyen en la regulación dopaminérgica, fomentando la aparición de celos patológicos. Veamos este caso: “Los hijos traen a sus padres, ambos rebasando los 70 años. El esposo entiende que ella tiene cinco hombres. La señora se va en lágrimas. Preguntamos: ¿Cómo lo sabe? –Óigalo ahí doctor, “bon, bon, bon” –¿Eso qué significa? –¡Oh, doctor! que a las tres se va a juntar con su macho. –¿Tiene algún otro ejemplo? –“Ero, ero, ero, ero, ero”. Ahí está el otro dándole la hora de juntarse, las 5. Repitió cinco veces esa palabra, -Esa es la jerga que usan para ponerse de acuerdo.
El primer caso es el “carbonero” que repetía la sílaba final, la segunda el “platanero” que abreviaba su llamada a los clientes. – Así como usted la ve, con esa carita de mosquita muerta, tiene cinco machos. Doctor, pero, ya yo estoy preparado, afilé mi colín, estoy esperando que trate de salir para picotearla”.









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