top of page
WhatsApp Image 2023-06-12 at 6.50.21 AM.jpeg

El poder de las buenas palabras: Una cruzada cultural para todos

  • revistalaprensa55
  • 16 ago
  • 5 Min. de lectura
ree

Por BIENVENIDA POLANCO-DÍAZ

La ‘Filología’ es el estudio del lenguaje. Abarca todas las gamas de esa capacidad de comunicarnos a través de las palabras solo propia de los seres humanos. Se ocupa de ello en lo profundo y en lo superficial; como potencialidad y como hecho. De ahí que sus dos rumbos disciplinarios esenciales son la Linguística y la Literatura.

Cuando en una universidad europea eligimos estudiar Filología, ya sea clásica, románica, española o francesa deberemos finalmente centrarnos en uno de dos campos: o en las estructuras más físicas del lenguaje –Linguística- o bien en el vasto estudio de la creación o arte de las palabras -Teoría de la Literatura, que fue el objeto de mi especialidad doctoral en la Universidad de Valladolid, Castilla, centrado en Semiótica del texto teatral-. Por otro lado la reflexión a profundidad sobre el don de la palabra ha dado como resultado histórico la ‘Filosofía del lenguaje’.

La Filosofía implica ‘’búsqueda de sentido’’ y decir ‘lenguaje’ como instrumento fundamental en la relación del sujeto con sus iguales nos conduce a la práctica social de la ‘’comunicación’’. A partir de ambos marcos conceptuales la campaña a la que nos referimos, -‘El poder de las buenas palabras’- lanzada por el Ministerio de Cultura se adscribe a una doble acepción aplicada: la Ética y la Estética en el uso del lenguaje.

Compromiso, voluntad y discurso

¿De dónde ‘’vienen’’ las palabras a mi boca; ¿dónde se origina la idea que les antecede? Todo nominativo sustantivo –de ‘’substancia’’o ‘’esencia’’- es humanamente comprensible: si existe el término ‘eternidad’ es porque la ‘’ idea’’ de lo eterno ya está en nosotros, y en cada uno.

El ‘’lenguaje ordinario’’ y la ‘’lengua bien hecha’’ someten a la comunicación a ciertas diferencias. Si esperamos, o exigimos de otros seres humanos una conducta con ética y con estética en relación al uso del lenguaje estemos seguros de que ninguno de esos conceptos les son ajenos. Se trata de componentes instintivos que forman parte de nosotros mismos y que en demasiadas ocasiones elegimos a conciencia darles paso sólo en una versión negadora.

Todos conocemos la situación que representa el exceso de vulgaridad usado hoy día en el manejo de las palabras, especialmente en la composición y promoción musical. El siguiente paso será establecer, desde la autoridad estatal otorgada por un sistema político eminentemente democrático, las correspondientes penalidades y pago de consecuencias. Todo ello a favor de las mayorías, en particular de quienes se encuentran en sus periodos de formación: se trata de un Derecho-Deber, potestad y compromiso de cualquier Gobierno legitimamente elegido.

El siglo XX cerró con las proclamas de notables filólogos y sus obras que reiteraron la importancia de afianzar el aspecto de nuestra naturaleza relacionado con el lenguaje y su mejor uso en la comunicación. Los más importantes en cuanto a la ética y estética del lenguaje: Gadamer (Alemania), Ricoeur(Francia), y Chomsky (USA) que aún vive.

Leonard Bloomfield (1887-1949), académico estadounidense lideró el desarrollo de la lingüística estructural, el lenguaje estudiado desde su fuerza intrínseca. Jacques Derrida (1930-2004) propuso el método ‘Deconstructivista’ al proclamar su ‘’intuición’’ de que existe un reino de «verdad» antes e independientemente de su representación lingüística y escrita; tal percepción fue llevada hasta sus últimas consecuencias por Noam Chomsky –judío- desde su posición de creyente en un Diseño Humano.

Chomsky revolucionó definitivamente el estudio del lenguaje, fue pionero en establecer su carácter innatista, genético. Esto permitió el desarrollo de la ciencia lingüística, ampliando su campo de estudio hacia líneas de investigación interdisciplinaria. Su modelo ‘transformacional’ nos ofrece una fuerza explicativa superior:

‘’(…) todo hablante nativo posee una cierta intuición de la estructura de su lengua que le permite, por una parte, distinguir las frases gramaticales de las frases agramaticales, y por otra, comprender y transmitir infinidad de frases inéditas’’. Llevando la Lingüística a su máximo nivel desarrolló el principio de la existencia de una Gramática Universal biológicamente común a todos los seres humanos, la cual ‘’se realiza’’ a través de diversas gramáticas particulares… Todo ello apuntando a la responsabilidad individual y colectiva en el uso del lenguaje.

Hermenéutica para el siglo XXI

El concepto de ‘Acción comunicativa’ constituyó una base importante en este tema, establecida por el sociólogo alemán Jürgen Habermas cuya Teoría Crítica de la Modernidad marca un paso decisivo hacia la posmodernidad haciendo que el mundo observara cómo la interacción social del ser humano pasa de estar basada en ritos, a la potencia del signo lingüístico, con la fuerza racional de las verdades sometidas a crítica.

Las estructuras de acción comunicativa orientadas a un ‘’acuerdo’’ se volvieron cada vez más efectivas en la reproducción cultural, la interacción social o en la formación de la personalidad individual. Para Habermas la armonía de fondo y forma en lo que decimos implica cuatro componentes en el uso del lenguaje que nos ha sido otorgado:

  1. ‘Inteligibilidad’ para lo que se dice. La comunicación resulta imposible si lo que se dice es incomprensible para los demás. 2. ’Verdad’ para aquello que se dice. El contenido de lo que digo es acorde con lo objetivo. 3. ’Rectitud’ para el acto de habla en relación con un contexto normativo: todo hablante se atiene a un conjunto de normas aceptadas por todos. 4. ‘Veracidad’ para su formulación como expresión del pensamiento. Lo que dice debe ser lo que cree o piensa; si miente, la comunicación se rompe.

Así como cien años atrás hacia 1888, el lanzamiento del concepto ‘Superhombre’ de Nietzsche arraigó de forma equívoca en las mayorías humanas dotando a gran parte de las siguientes generaciones de una exagerada confianza en su propio poder, así la proclamación a fines de la centuria pasada de una novedosa faceta de la Hermenéutica arraigó en mil modos, no solo definitivamente equívocos, sino extraordinariamente deformadores y desnaturalizantes.

La prudencia en el uso del lenguaje

La Hermenéutica es arte y ciencia de la interpretación. Dos aspectos han prevalecido respecto a aquel fenómeno de divulgación masiva protagonizado por Habermas en torno a su aplicación a las relaciones humanas y a la comunicación. Primero: la especial vinculación con el avance de las tecnologías; y segundo -lo que ha causado mayor daño-: la creencia generalizada y acomodaticia sobre el ejercicio hermenéutico como sinónimo de obligación individual y colectiva de ‘’entender’’ al otro acogiendo y aceptando lo que dice, cree y hace por encima de parámetros de lógica y moral.

Contrariamente, Paul Ricoeur había afirmado que “La filosofía de la acción es la ética”. He mencionado ya a los autores de mayor proyección humanística respecto al binomio ‘lenguaje y comunicación; además de Ricoeur: Noam Chomsky y Hans-Georg Gadamer quien a la edad de cien años (1900-2002) aún se ocupaba de la cátedra para inducir al mejor uso del don del lenguaje. Sus libros: ‘La dialéctica de Hegel’, Poema y diálogo’, ‘Educar es educarse’, ’El giro hermenéutico’, ‘Historia y lenguaje’, ‘La herencia europea’. ..

Concluyamos con una cita de ‘Verdad y método’ su libro más conocido:

‘’Educarse y formarse en la era de la técnica es aprender sus verdaderos alcances, así como sus límites. Esta es una tarea difícil que supone una actitud positiva, esperanzada, confiada en la capacidad del ser humano para producir lo que necesita y reorientar sus capacidades y logros’.’

De ahí la norma universalmente válida de asumir responsabilidad en el traspaso de valores de parte de los experimentados hacia los más jóvenes; e igual desde los sistemas de Gobierno hacia toda una nación.

Importa reconocer la necesidad de este tipo de cruzadas públicas, plataformas de reflexión y vías de acción desde todos los flancos, no solo los académicos. La campaña del Ministerio de Cultura es una iniciativa de reorientación hacia el mejor uso del lenguaje a la que todos estamos llamados a participar; útil para cada uno, para las familias y para la vida social y política del país. //

Comentarios


bottom of page