El 10 de marzo del presente año 2024, se quedará grabado en la memoria colectiva de Salcedo, como una de sus fechas más fatídica de toda su historia. Ese día y próximo a la 4 y 30 de la tarde, uno de los petardos a usarse como parte del espectáculo de salida del grupo de Macarao Los Toros, detonó.
Momentos de confusión, tristeza, desesperación, agonía, llantos; y una ciudad adolorida, fue lo que parió el final de esa fatídica tarde durante las celebraciones de las fiestas de la carne, o del final del carnaval Salcedo 2024.
De manera inmisericorde y como un castigo divino, los salcendeses hemos visto todos pasearse por las románticas calles de nuestro pueblo, al terrible fantasma de la muerte, en cuyos tentáculos, se ha llevado parte de nuestros ciudadanos, entre ellos un adulto y niños, adolescentes y jovencitos, y la cual, dejó en nuestra conciencia, toda una chorrera de dolor y angustia, lagrimas, y amargos recuerdos, esos que se constituirán en la forzosa letanía que por años, y tal vez décadas, serán parte de la tristeza generalizada.
Sin embargo, desde La Revista La Prensa, abogamos a todos los hijos de este noble pueblo, para que entiendan, que no es hora de buscar culpables, que no es hora de hacer señalamientos, que no es hora de señalar con nuestros dedos a nadie en particular de esa horrible desgracia.
Sencillamente, no es hora de acusar ni mucho menos, convertirnos en jueces o verdugos de nuestros propios amigos compueblanos, sino, más bien, es hora de unirnos y entre todos lanzar un fuerte clamor ante Dios, para que, y de acuerdo a su voluntad, nos ayude a soportar este terrible dolor que como una espada se ha clavado en nuestra conciencia colectiva.
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