POR ILUMINADA GONZALEZ
Revista La Prensa

Hace mucho tiempo que empecé a desarrollar esta idea; incluso, se la compartí a mi amiga Emelda, quien me mencionó un libro norteamericano que abordaba una temática similar. A partir de eso, decidí darle un giro más dominicano, más simple.
En esta etapa de mi vida, después de más de 50 años, he querido recoger proyectos inconclusos y darles cierre.
Reinicié este trabajo y, en una reunión de condómines, me enteré de que una de mis vecinas, Ingrid Moncluz, era correctora de estilo y profesora de Lengua Española Básica, Literatura Universal Contemporánea y Literatura Hispánica. Además, fue excoordinadora de la Cátedra de Historia de la Literatura. Me alegró mucho saber esto, y le dije: "¡Dios te ha puesto en mi camino!". Fue así como comenzamos a trabajar en la corrección y diagramación del texto.
Hace un tiempo, hablé con mi hermana, comadre y amiga Triny, sobre este proyecto, y le manifesté que quería que Sofía, su hija mayor, fuera la Lola de mi libro. Basé esta idea en las características de Sofía: una mujer alegre, auténtica, solidaria y única, con su cabello de colores; una persona llena de ilusiones, soñadora, agradable y positiva. Hablé con Sofía y, con su forma efusiva y feliz, me dijo que sí y me animó a llevar a cabo esta puesta en circulación.

Posteriormente hablando con Linabel, con motivo del 30 aniversario de la Oficina para el Desarrollo de la Mujer, sería una buena oportunidad para lanzar el proyecto, ya que mi trabajo en materia de género comenzó en 1994, temática de la que nunca me he alejado, incluso durante mis estudios universitarios. Y ponerlo a circular en Salcedo, en mi campo, en este museo, donde convergen tantos recuerdos, tantas historias, realmente un espacio que enaltece a la mujer.
Este evento ha iniciado con el himno a la mujer salcedense, que fue el ganador de un concurso de todos los grupos de mujeres que hizo la Oficina Provincial de la Mujer en ese momento y que la Asociación de Viudas, única en el país, ganó el primer lugar con las letras de Nenita Pantaleón y la música de Carlos Sosa, interpretada por primera vez por Minerva Pantaleón (los tres hoy en un mejor lugar EPD).
Esta comunidad, siempre ha sido de mujeres dignas y valientes, nuestra querida Tete que dirigía dicha asociación, Fanny el pico de oro, otras con su espíritu de servicio, con su capacidad de amor de fortaleza para echar adelante su familia, realmente mujeres que admiro y sigo admirando pues muchas hoy presentes en esta puesta en circulación. Ellas todas son inspiración para ser mejores mujeres.
En este contexto familiar, amistoso, histórico, representa un gran honor para mí, presentar este escrito, un relato de vivencias y como un aporte a las nuevas generaciones.

Este trabajo no puede ser catalogado como una obra literaria; de hecho, no soy tan osada. Se trata solo de un material de carácter pedagógico, que reúne las experiencias de muchas mujeres a lo largo de los años y las concentra en una sola persona llamada Lola, la cual va evolucionando y en sus ciclos de vida, encuentra hechos que cuestiona y que al final del ciclo otorga la respuesta correcta.
Esta Lola eres tú, soy yo, es toda mujer, aquella mujer única, que la cultura trata de crear en serie, donde todas somos iguales y compartimos la misma historia.
Mi interés es transparentar la desigualdad de manera simple, lo que pasamos desapercibido como lo natural, lo que pasa día a día y no solo es vivido por nosotras, sino que lo traspasamos a las nuevas generaciones con esta educación que, sin quererlo, nos limita y no deja que seamos esa Lola, esa mujer de valor que con su unicidad da amor, luchadora con gran corazón, que es faro que brilla en lo alto iluminando las nuevas generaciones y sirviendo de inspiración.
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