POR RAFAEL SANTOS
SALCEDO.- Es una novela abusiva de las emociones. La misma y escrita con un lenguaje lineal por los constantes vocablos que sobre el Perú nos transmite su autor, el nobel de Literatura 2010, Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, mejor conocido como Mario Vargas Llosa, nos dan en cada trazo un manojo de emociones que por momentos nos convierten en cómplices silente de lo que en la misma se nos presenta.
Quien no se haya leído la historia del Perú, como el caso del autor de estas líneas, en esta magistral obra puede encontrar fuertes cimientos históricos de esta gran nación, a la que el citado autor ama con locura y la que a su vez y según nos hemos enterados a través del libro en esta oportunidad referenciado, ha sido la cuna de brillantes intelectuales, no solo de la poesía, como por ejemplo: César Vallejo, Emilio Adolfo Westphalen, Blanca Varela, César Moro y José Watanabe, solo por citar algunos de los más connotados.
Pues de esa gran nación, también es justo mencionar además a compositores de canciones muy famosas y las cuales, por lo menos para los que tenemos edades ya un poco adultas, tales como Daniel Alomía Robles, quien compuso "El cóndor pasa" (1913), Chabuca Granda, “La flor de la canela" (1950), Gian Marco compuso esa muy famosa canción y que escuchamos de los labios tanto de Gloria Estefan como de Mijares, y nos referimos “Hoy” (1969).
Además, debemos precisar, que una de las más emblemáticas composiciones que para enamorados frustrados se haya escrito por estos lares, es precisamente “Ódiame” de la autoría de Rafael Otero (1901) y que en nuestro país muchos hemos escuchado en las voces de Danny Riveras y Julio Jaramillo, solo por citar algunos casos.
Es decir, que además de la música, la poesía, el folklor, la cultura y otros elementos muy importante dentro de la narrativa de “Le dedico mi silencio”, a través de la lectura de esta novela, poco a poco nos hacemos cómplice de una historia de un escritor que sin buscar la fama la encontró al escribir sobre un enigmático personaje, que siendo músico no tuvo más notoriedad que el haber sido rescatado muchos años después por el hasta entonces insípido escritor y periodista Toño Azpilcueta.
Ahora bien, es justo decir, que Azpilcueta logra la fama, pero que por su mal manejo en su personalidad como producto de una terrible frustración (tampoco les diré esta parte), este notable personaje central termina sus días………
De manera pues, que estamos ante una gran novela, la que en estas humildes líneas aprovecho para recomendar a nuestros lectores, pues ya verán ustedes que no se arrepentirán de haber escudriñado estas 303 páginas, las cuales y por la intensidad de la misma devoré en menos de 48 horas de manera intercaladas.
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