POR RAFAEL SANTOS
DIRECTOR LA PRENSA
Conversando recientemente con nuestra amiga escritora, la exquisita intelectual salcedense Emelda Ramos, llegamos a la conclusión y al igual que muchos en nuestro país, de lo necesario que es para los pueblos conocer sus diferentes facetas históricas.
Trataba esto con dicha prestante dama a propósito de que cada cierto tiempo vemos por diferentes medios, de manera especial la televisión (y las redes sociales ni hablar), sobre las terribles deficiencias que en materia histórica tiene nuestro país, esto con relación al tema de la micro-historia.
Nunca hemos logrado entender el pensum didáctico de nuestro sistema de la educación media, el cual además de las terribles inexactitudes que tiene, este es obsoleto por su naturaleza.
Cómo puede ser posible, que a los estudiantes nuestros se les enseñen aspectos de historia internacional, general o como se llame, y nunca, (lean bien), ni por asomo se les instruya al joven o adolescente sobre las raíces que le dieron origen al pueblo donde hemos nacido.
Una verdadera insensatez que debe ser corregida para que luego de aprender los pormenores del "descubrimiento" de América, la independencia y sus diversos procesos, en nuestras aulas se debe de impartir una materia en cada provincia que bien podría llevar como título: Historia de Patria Chica, en donde se le instruya al estudiante sobre sus raíces históricas y culturales, pero de esa demarcación.
Tanto el Ministerios de Educación como el de Cultura deben implementar un tipo de estrategia con renombrados académicos e intelectuales, escritores e historiadores de nuestras provincias, para que mediante indagaciones muy bien planificadas se escriban primero las diversas historias de nuestras ciudades, y después, trabajar los demás procesos para un mayor y mejor aprendizaje de nuestro pasado.
Debemos recordar, que sin la micro- historia no se construyen las grandes historias.
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