MU-KIEN ADRIANA SANG
Como toda mujer…..
Como toda mujer, tengo algo en común Soy celosa del hombre que amo, soy tan amante Impetuosa, rebelde y voraz, caprichosa, violenta y audaz Como toda mujer, como todas
Como toda mujer, a menudo me da Por callar injusticias y luego llorar en silencio O explotar por alguna idiotez Verme mal de cabeza a los pies Como toda mujer, somos la misma piel
Como toda mujer, yo me entrego al amor Sin medida, sin tiempo, y con todo cuando alguien me quiere Como toda mujer me emociona Una flor, un te quiero, mil cosas Como toda mujer, como todas
Como toda mujer, soy la guerra y la paz Sé ocupar mi lugar, no permito que nadie me engañe A tropiezos me hice coraje No soy fruta prohibida de nadie Como toda mujer, como aquella y usted
Como toda mujer, desconfiada yo soy Tan segura de sí y otras veces un poco cambiante Yo soy débil y fuerte a la vez Con virtudes, defectos, ¿y qué? Como toda mujer, como todas
Como toda mujer, yo me entrego al amor Sin medida, sin tiempo, y con todo cuando alguien me quiere Como toda mujer me emociona Una flor, un te quiero, mil cosas Como toda mujer, como todas
Como toda mujer, soy la guerra y la paz Sé ocupar mi lugar, no permito que nadie me engañe A tropiezos me hice coraje No soy fruta prohibida de nadie Como toda mujer, como aquella y usted. Alejandro Vezzani.
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Hace unos días se celebró el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Si hubiese escrito este artículo hace 15 años, hubiese utilizado un discurso combativo para arengar a las mujeres a defender sus derechos.
Todavía sigo creyendo en la igualdad de género. Defiendo que las mujeres deben tener las mismas oportunidades y percibir los mismos tratamientos laborales en iguales condiciones.
Continúo elevando mi voz por una mayor presencia femenina real en la toma de decisión de los partidos. Quiero igualdad de responsabilidades en las tareas del hogar y en la crianza de los hijos.
No sé si los años me han ayudado a relativizar las cosas; o quizás a revisar mis planteamientos anteriores. Tal vez también, lo que ha cambiado en mí es quizás la agresividad en mis planteamientos. Pienso que se puede luchar por nuestros derechos de diferentes maneras. Sin estridencias ni imposiciones.
Defendí en los años 90 y principios de los 2000 la cuota femenina. Decía que debíamos defender esa posición porque era una lucha de ganar peldaños en la escalera hacia la liberación total. Por supuesto que los partidos políticos “aceptaron” el sistema de cuotas. Pero las colocaban, y colocan todavía, en los últimos peldaños. Las mujeres que han logrado alcanzar posiciones congresuales ha sido a base de trabajo tesonero, demostrando que son doblemente capaces que los hombres. El resultado sigue siendo el mismo: las mujeres son minorías en el Congreso de la República; y los líderes de los partidos se mofan de ello. ¿Defiendo todavía esa política? Ahora tengo mis dudas. Los resultados me golpean constantemente la conciencia. He aquí la muestra. Tomemos primero el Senado de la República: Lía Ynocencia Díaz, por Azua; Ginette Bournigal, por Puerto Plata; y, Faride Raful por el Distrito Nacional.
En la Cámara de Diputados, la situación mejora, por mucho, pero la mujer sigue siendo minoría: Sandra Abinader Suero, por el DN; Isabel Jacqueline Ortiz por el DN; Lourdes Josefina Aybar, por el DN; Brenda Mercedes Ogando, por Azua; Ofanny Yuverka Méndez por Baoruco; Lupe Núñez Rosario y Dorina Yajaira Rodríguez, por Duarte, Faustina Guerrero Cabrera, por El Seibo; Charlene Canaán, por Hermanas Mirabal; LLanelis Matos Cueva, por Independencia; Aida Nilsa López Reya de Ceballos, por La Altagracia; Rosa Amelia Pilarte López, por La Vega; María Mercedes Fernández Curz, por Monseñor Nouel; Ana Mercedes Rodríguez, por Peravia; Ivannia Rivera Núñez, por Puerto Plata; Ydenia Doñé, por San Cristóbal; Margarita Tejeda, por San José de Ocoa; Altagracia Yarelis Encarnación Gerónimo, por San José de Ocoa; Fabiana Tapia Valenzuela, por San Juan; Fior DAliza Peguero, por San Pedro de Macorís; Carlixta Carolina Paula y Rafaela Alburquerque de González, por San Pedro de Macorís; Verónica María Contreras de Jesús, por Sánchez Ramírez; Rosa Hilda Genao y Nelsa Shoraya Suárez, por Santiago; Ycelmary Brito, Ana Adalgisa del Carmen Abreu, Ysabel de La Cruz, María Elisa Suárez; Ana María Peña Raposo, Eduviges María Bautista, Gertrude Ramírez, Enriqueta Rojas Javier, Betty Genónimo Santana, Lucrecia Santana por Santo Domingo; Dolores Emilia Fermín, por Valverde; Servia Augusta Familia, Adelis de Jesús Olivares y Lily Germania Florentino, por Ultramar
A nivel del Ejecutivo la representación femenina es súper minoritaria. La vicepresidenta, la ministra de la Mujer (obviamente), la ministra de Cultura, la procuradora general de la República, Milagros Ortiz Bosch, que tiene una función de garantizar la ética; y ahí se para de contar.
A nivel del Poder Municipal, la situación es prácticamente igual: Carolina Mejía, por Distrito Nacional; Yisell Santana, por Bánica; Ángela Dipré por Sabana Grande de Palenque; y ahí se detuvo el conteo.
Entonces ¿qué es mejor?, me pregunto. ¿Seguir luchando por las cuotas? ¿O de una vez por todas exigir con todas las fuerzas de nuestros corazones, nuestros brazos y nuestras voces por la igualdad de la mujer en todos los planos?
No tengo respuestas, solo dudas. Ayúdenme a esclarecerme.
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