Ante la ausencia de propuestas el recurso es ataque y acusación
- revistalaprensa55
- 21 ago
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ay verdades o situaciones que muy pocos se dedican a destacar. Por tal razón, entiendo prudente establecer claramente que en la medida que la política ha devenido en light, por la ausencia de principios filosóficos, doctrinarios o programáticos, cosa de la cual no escapa nuestro país, las narrativas que prevalecen y fundamentan la acción, van enfocadas principalmente a aspectos concernientes a las figuras políticas participantes. A sus dirigentes o aspirantes. No destacando sus principios o propuestas en el debate, sino enfocando los aspectos personales que pudieran destacarlos como figuras públicas, en unos casos, o disminuirlos en otros.
Desconocer esa realidad, podría acarrearles muchos problemas a los políticos de todos los partidos: los que están en el gobierno y en la oposición. Porque, como ya no se promueven o destacan las ideas o planteamientos y no hay propuestas de contenidos ideológicos que pretendan crear escenarios o provocar cambios de estructuras, modificarlas o reconstruirlas, todo está centrado en las acciones personales. Fundamentando la acción en buscar defectos o errores. Indagando incluso sus vidas privadas.
Esto quiere decir, que al debate o escenario político al que nos han estado enrumbando es al de determinar cuando hubo más negatividades. En qué periodo hubo mayor escasez o abundancia, ya no de asuntos de gran importancia para la nación, sino temas o aspectos que rayan con lo intrascendente. Y eso, entiendo yo, es sumamente peligroso. No solo para el presidente Abinader, quien ya no estará en el ruedo electoral, sino para los que estando en la oposición han gobernado y pretenden retornar al poder y para los que aspiran.
En el caso de Abinader, cuyo partido está en el poder, y además no será candidato, hay que recordar el famoso cuento de Juan Bosch, cuando habló del toro que era y del que no era. Porque aunque no sea candidato, muy probablemente le estarán lanzando los bombardeos a él, y no a quien surja como candidato. Y mientras eso ocurra, algunos de los que pretendan aspirar a su puesto, evitando que se le vaya a pegar algún foul – ni siquiera de refilón- lo más probable es que procuren colocarse distantes de donde están los bombardeos. Y expreso esto hoy porque he vivido mucho y no sé si mañana estaré presente.
Por eso me permito aconsejar, que ahora, lo más importante para el presidente Abinader es, aplicar en la administración pública, lo mismo que se recomienda en la medicina: la prevención. Reforzar los organismos del Estado encargados de fiscalizar las acciones de manera oportuna y constante. Evitar, porque se puede, que se cometan cualquier tipo de indelicadeza. Porque si se pone atención, las posibilidades de que alguien pueda cometer alguna falta grave, se hace mucho más difícil. Y eso, reitero, debería ser prioritario, porque a falta de propuestas se impondrán las denuncias.
Algunos critican que en la administración pública muchas las cosas se ponen complicadas. Que lograr aprobaciones, en ocasiones se hacen dificultosas. Pero, a veces, por agilizar o complacer se ha incurrido en violaciones de procesos. Y si quien está al frente de alguna dependencia no está plenamente concentrado en su trabajo, se crean situaciones engorrosas. Igual ocurre cuando alguien quiera convertirse en facilitador para ganar simpatías. Cuidado con eso amigo presidente.









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