Sábado de reflexión: SABÍAS QUE…..
- revistalaprensa55
- 7 jun
- 1 Min. de lectura

POR EMMANUEL IMBERT
El truco está en volverse fuerte de corazón, pero sin dejar que la dureza del mundo te arranque la ternura del alma.
En un mundo donde todo parece ser una batalla, donde cada paso parece un desafío, lo más fácil sería endurecerse, construir muros de hierro alrededor de nuestro ser.
Pero, en realidad, la verdadera fortaleza no radica en la rigidez, sino en la capacidad de seguir sintiendo, de seguir amando, a pesar de las heridas.
Ser fuerte de corazón no significa ser insensible o invulnerable, sino tener la valentía de enfrentar las tormentas, sabiendo que el dolor es solo una parte del viaje.
La verdadera fuerza se encuentra en no dejarse consumir por el odio, el miedo o el rencor, sino en mantener intacta la capacidad de la empatía, la compasión, la ternura.
Es en medio de la adversidad cuando realmente se prueba nuestro corazón. La fuerza no solo se demuestra en la capacidad de resistir, sino en la capacidad de seguir adelante sin perder la esencia de quien eres.
La ternura del alma es lo que te permite mantener la humanidad en tiempos de caos, lo que te da la oportunidad de ver belleza incluso en los momentos más oscuros.
El truco está en encontrar el equilibrio entre la fortaleza y la ternura, en comprender que no hay contradicción entre ser fuerte y ser sensible.
Porque es justamente esa sensibilidad la que te hace humano, la que te conecta con los demás y te permite seguir caminando, no solo con fuerza, sino con propósito.
Se fuerte pero sin olvidar amar.
Dios los bendiga!!
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