El placer sexual comprende las distintas sensaciones agradables y placenteras asociadas a las experiencias sexuales. A menudo, estas sensaciones se producen por el contacto sexual; otras veces surgen por pensamientos y fantasías.
Hay muchas formas de proporcionarse placer sexual o proporcionárselo a su compañero o compañera. Por ejemplo:
acariciando a la otra persona, dejándose acariciar por ella o acariciándose usted mismo o usted misma
besando a la otra persona o dejándose besar por ella
lamiendo a la otra persona o dejándose lamer por ella
Hay muchas partes del cuerpo que producen placer sexual al tocarlas. Algunas zonas especialmente sensibles se conocen como zonas erógenas. Entre ellas figuran:
La boca
El cuello
La cara
La vagina y la vulva (en las mujeres)
El pene y los testículos (en los hombres)
Las nalgas
El ano
La cara interior de los muslos
Los senos (en las mujeres), el pecho (en los hombres) y los pezones
Las manos
La planta y los dedos del pie
El lóbulo de la oreja
El ombligo y el vientre
Cada vez es diferente para cada persona Las relaciones sexuales pueden ser distintas cada vez y para cada pareja. Hable con su compañero o compañera sobre qué les gusta a los dos y cómo les gusta (despacio o deprisa, con delicadeza o con impetuosidad, utilizando los dedos, los labios o la lengua...). Las relaciones sexuales son una forma de obtener placer sexual, pero no necesariamente la única. Las personas también pueden disfrutar simplemente de la intimidad: acurrucarse una junto a otra, acariciarse, hablar, disfrutar de la cercanía mutua… Cuando su excitación va en aumento puede usted tener un orgasmo, pero también es posible que no ocurra así. Esto no supone ningún problema siempre que no le preocupe a usted ni al otro miembro de la pareja.
Protección contra las ITS Puede usted disfrutar del placer sexual aunque emplee un preservativo (condón) durante las relaciones sexuales. Utilice un preservativo para protegerse frente a las infecciones de transmisión sexual (ITS).
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