Año Nuevo. Ayer fueron cancelados más de 3,000 vuelos, según el portal Flight Aware, dejando a miles de pasajeros que tenían previsto viajar en las vacaciones.
Washington, Estados Unidos
El caos aéreo persistía ayer martes en Estados Unidos tras la histórica tormenta invernal Elliot que dejó a su paso más de 50 muertos durante las fiestas navideñas, la mitad de ellos en el estado de Nueva York. El este y el sur del país experimentaron ayer una subida de temperaturas al amainar la tormenta, mientras que otro frente frío llegó a la costa oeste con nieve y lluvias, informó el servicio meteorológico nacional (NWS, en inglés). El NWS pronosticó para este martes mínimas de 17°C bajo cero en el extremo noreste del país, de 8°C bajo cero en los Grandes Lagos y de 5°C bajo cero en algunas zonas de la costa este. Colapso en los cielos A pesar del fin de Elliot, el caso aéreo continúa en Estados Unidos a pocos días de otra festividad, la de Año Nuevo: ayer fueron sido cancelados más de 3.000 vuelos, según el portal Flight Aware, dejando en tierra a miles de pasajeros que tenían previsto viajar durante las vacaciones. Los más afectados son los usuarios de la aerolínea Southwest, que es la responsable del 63 % de las cancelaciones y cuyas líneas de atención telefónica están saturadas. Lyn Montgomery, presidenta de un sindicato de sobrecargos de Southwest, explicó a la cadena CNN que no hay “suficiente personal para los cambios de programación”, lo que ha derivado en “un efecto dominó que está generando caos en todo el país”. Bob Jordan, director general de esta compañía con sede en Dallas (Texas), dijo al The Wall Street Journal que esperan más cancelaciones y retrasos en los próximos días. El caos aéreo en Estados Unidos comenzó el pasado jueves con la llegada de la tormenta, que provocó ese día la cancelación del 20 % de operaciones en vísperas de Nochebuena, cuando miles de personas buscaban reencontrarse con sus familias. El alcance de la tormenta ha sido casi sin precedentes, con temperaturas gélidas extendiéndose desde los Grandes Lagos, cerca de Canadá, hasta el río Grande (también llamado río Bravo) a lo largo de la frontera con México. Más de 200 millones de estadounidenses, alrededor del 60 % de la población, se ha enfrentado a algún tipo de advertencia relacionado con el clima invernal.
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