EMILIO GUZMÁN M.
El ingeniero geólogo Osiris de León afirmó que República Dominicana debe construir más represas para almacenamiento de agua para acueductos y para canales de riego y para almacenar las colas activas de los procesos mineros.
El experto indicó que es un riguroso requisito ambiental que las colas mineras activas sean almacenadas en lugares seguros hasta que la radiación solar degrade los agentes químicos residuales.
Dijo que sobre los posibles daños, las estaciones de monitoreo de la calidad de las aguas superficiales y subterráneas en el distrito minero muestran que no hay contaminación atribuible a operaciones mineras, lo que en su opinión deja claro que la mayoría de los ríos del país tienen más contaminación que los que están cercanos a las operaciones mineras, evidenciado con las muestras de aguas y analizadas.
Ninguna presa ha fallado
De León aseguró que ninguna represa ha fallado en 50 años de historia de construcción y operación para diferentes fines en República Dominicana, ni las que almacenan agua para acueductos y canales de riego y tampoco las que almacenan colas mineras.
Sin embargo, el miembro de la Academia de Ciencias de República Dominicana dijo que eso ha sido así a pesar de las adversidades meteorológicas y sísmicas a las que estuvieron expuestas por el paso de huracanes y tormentas, lo que indica que las represas dominicanas han operado de manera segura por contar con buena ingeniería.
Buena operación desde 1974
De León dijo que en el país hay 34 represas para almacenamiento de agua para acueductos y para canales de riego y tres represas para almacenamiento de colas mineras, las cuales han operado bien desde 1974, cuando entró en operación la represa de Tavera para abastecer al Cibao occidental y desde 1975, fecha en que comenzó la de Mejita para las operaciones mineras de oro y plata de la Rosario Dominicana.
“Esto ha sido así porque las represas dominicanas están cimentadas sobre rocas de excelente calidad con una resistencia a la compresión que es superior a 420 kilogramos por centímetro cuadrado, resistencia que duplica la resistencia del hormigón de uso tradicional”, expresó.
El geólogo agregó que los muros de esa presas son construidos para resistir los máximos empujes hidrostáticos que puedan generarse al alcanzar su mayor cota operacional y para resistir la aceleración sísmica durante un terremoto de gran magnitud, además de que les instalan piezómetros, inclinómetros y acelerómetros para su monitoreo y para garantizar su seguridad operacional.
Rigurosas exigencias
El ingeniero De León aclaró que las exigencias geológicas, geofísicas, geotécnicas, hidrogeológicas y sismogeotécnicas de la fase de estudios del emplazamiento para un represa de colas mineras son más rigurosas que para las de almacenamiento de agua para acueductos y canales de riego, cuyos muros son diseñados con un factor de seguridad que es superior al utilizado para las convencionales.
El experto señaló que un mito construido durante décadas es que las represas de colas son pasivos ambientales de por vida lo cual no es así, ya que a diario reciben una mezcla de arenas finas y aguas químicas del proceso metalúrgico.
Indicó que eso permite que los sedimentos arenosos queden asentados en el fondo de la represa y las aguas clarificadas son bombeadas de nuevo al proceso metalúrgico porque su contenido de agentes químicos disolventes de minerales ayudan a consumir menos cantidad en el proceso de molienda y tratamiento.
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