Por Rafael Santos
El hostil ambiente que desde hace varias semanas se ha estado observando en el Hospital Doctor Pascasio Toribio Piantini, de Salcedo, es altamente preocupante.
Las acusaciones y contra acusaciones que se han estado vertiendo entre un importante sector de las enfermeras y sus autoridades, han estado poniendo en la picota pública, el " mal vivir" y las malas relaciones humanas que allí impera.
Es una muy mala señal que se ha estado enviando al grueso de la sociedad, señal esta que quienes han estado dentro del conflicto no han sabido manejar para bien de una población, que atónita observa el triste espectáculo que allí se libra.
A las denuncias hechas por las autoridades se les deben poner las debidas atenciones, para que todo cuanto allí se dijo quede más claro que el agua, pues, del famoso listado llegado hasta nuestras manos, en donde se dice que hay enfermeras cobrando sin trabajar, es algo que debe ser investigado caiga quien caiga.
Ahora bien, y en honor a la verdad, en nuestras investigaciones que luego de la denuncia sobre ese famoso listado hemos hecho, nosotros en calidad del periodismo que se respeta, nos hemos encontrado, que muchas de estas nobles mujeres se encuentran enfermas, algunas muy enfermas, con licencias por serios quebrantos de salud, y otras dolencias que les impiden laborar como Dios manda y en espera de ser pensionadas, algo sobre lo que las autoridades deben de actuar con justicia y hacer lo que manda la ley. Primero está la preservación de la vida.
Las enfermeras demandan insumos, medicamentos y trato más humanitario por parte de la coordinadora de enfermería, la cual, según denuncias de un sector de sus propias colegas, mantiene en zozobra a muchas de estas profesionales por cuestiones que por el momento no vamos a enumerar.
Nosotros, como expresáramos en líneas anteriores, hemos hecho nuestras investigaciones, y antes de dar nuestro punto de vista, primero sopesamos muy bien nuestras ideas y hemos llegado a la conclusión, de que, si las actuales autoridades desean recuperar el clima de paz y de hermandad en dicho centro, se hace necesario, que las autoridades superiores remuevan de sus funciones a la encargada de enfermería, la licenciada Valerio, (a quien respetamos como dama), por entender que llevando a otra persona con un poco más de conocimientos de resolución de conflictos a esa posición, entendemos (repetimos) que el 70 % de los problemas bien podrían desaparecer.
Con nuestra propuesta creo que no le faltamos el respeto a nadie, pues llevada la Lic. Valerio a otra importante posición, que bien pudiera ser una Supervisión Regional u otra, el doctor Víctor López un fajador a tiempo completo y buen gerente con capacidad probada, bien pudiera desarrollar el trabajo para beneficio de toda una colectividad que desea con vehemencia, que la paz vuelva a nuestro hospital.
"PREFIERO MOLESTAR CON LA VERDAD QUE COMPLACER CON ADULACIONES "Séneca.
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