Por Rafael Santos
Recientemente fuimos participes directo, de un sano espectáculo, el cual, entre otras cosas, nos conectó con ese pasado aborigen, el cual, entre otras cosas, nos identificó con nuestras raíces indígenas: nos referimos, al Areíto de Primavera del Museo Maguá.
Este museo, sobre el cual vaticinamos (y guarden la presente nota), será, sino el más visitado, estaría entre los lugares de este tipo, en donde la sociedad dominicana (y quien sabes), tomarás más en cuenta para conocer de cerca nuestras raíces aborígenes.
Bajo la dirección del inquieto trabajador folclórico y cultural, Juan Peña, y apoyado por una series de personalidades, entre ellas, el doctor Jaime David Fernández Mirabal, la Oficina Técnica, el Museo Hermanas Mirabal, y quien escribe las presentes líneas, este notable muchacho, perteneciente a una estirpe muy dada a las mejores causas nacionales, ha hecho de este Museo, un espacio en donde las palabras se quedarían cortas para expresar lo que allí se vive, una vez cualquiera se decide a entrar en contacto directo con las invaluables piezas que tanto en el patio, las riveras del rio Ojo de Agua y en las montañas del Cerro de la Cruz, ha encontrado este noble servidor cultural.
Pero, qué pena!!!!!, que teniendo nuestro país un ministerio que como el de Cultura, le haya dado la espalda a esta noble causa, lo que pone en entredicho la política de esa entidad, la cual según expresan, están para trabajar a favor de temas como los que desde el Museo Maguá se enarbola y que prácticamente en el lugar se trabaja a mano pelá.
Ojalas y que las presentes líneas les lleguen de manera directa al ciudadano Presidente Luis Abinader, del cual estamos totalmente convencidos, de que no se ha enterado de la falta de sentido común de quienes dirigen el Ministerio de Cultura, los cuales al parecer se han hecho de la vista gorda, ante los constantes llamados de ayudas que para beneficio del mantenimiento de nuestra cultura aborigen, estos señores han tenido.
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