Por Rafael Santos
Hay serios problemas en cuanto al liderazgo político de Tenares se refiere. Hay una escasez muy pronunciada de personas a las que bien se les pueda llamar líder en esta demarcación.
La pobre actuación y los malsanos ejemplos de ciertos dirigentes y/o personas que antes se sustentaban en un genuino liderazgo, hoy día han alejado con su pobre accionar tras las búsquedas de mejores oportunidades, a otros que han querido hacer uso de esta noble ciencia para ponerla al servicio de este pueblo, de su provincia y el país.
El activismo interno del gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM) durante el pasado proceso electoral municipal, ha dejado un sabor muy amargo en aquellos que como quien escribe estudia, analiza, y reflexiona sobre este difícil y vericueto camino de la política.
Permítanme decirles, que una de las principales características de las bajas pasiones política, es aquella que se simplifica en la traición, la mentira, y sobre todo, en los instintos de la doble moral y la falta de ética. Esto va en detrimento del desarrollo de lo que es la verdadera política como ciencia y lo que para mal social, les inyectan quienes en estos momentos tanto en Tenares como en otras tantas demarcaciones del país se encuentran en la picota social como entes que no les son leales ni a sus propios pensamientos o sentimientos, pues, tras la búsqueda de beneficios mercuriales estos se esconden tras un disfraz poco elegante y miserable, ese que la misma población comenta por los bajos debido a la falta de escrúpulos y de honradez con la que ciertos sujetos se manejan.
Por más triunfos momentáneos que algunos hayan tenido, muchos de estos nombres desde ya se encuentran en el putrefacto zafacón de nuestra historia, en donde la población misma (repetimos), sabes perfectamente quienes son y le conoce con nombres y apellidos.
Soy de los que piensa, que la educación política en todos los niveles y partidos políticos, no solo en nuestra demarcación, sino en todo el territorio nacional, más que una responsabilidad, es una necesidad imperiosa para que el resquebrajamiento de nuestro sistema de partido no continúe profundizándose como se observa.
Algunos de esos llamados líderes de la citada demarcación usan para sus malsanos propósitos, los tan denunciados por nosotros los laboratorios de la maldad, en donde sectores comunicacionales amparado en ancestrales odios hacia sus oponentes, vomitan todo tipo de veneno para tratar de liquidar moralmente a quienes se consideran son sus contrarios, cuando por toda esa sana sociedad tenarenses y mirabalenses en bien sabido sobre los gruesos nubarrones morales y éticos que esconden quienes precisamente son usados para tratar de dañar lo que no han podido ni podrán.
Ahora bien, antes de concluir nuestro breve análisis sobre Tenares y parte de su liderazgo, es justo aclarar, que el presente artículo, para nada va a gustar en ciertos litorales políticos tanto del oficialismos como de otros grupos de la oposición quienes como corifeos han estado haciendo coros con un tipo de música muy mal interpretada, lo que a nosotros como presentador del tema en cuestión nos tiene sin cuidado, pues después de todo, a lo largo del ejercicio que ejercemos desde el 4 de febrero del 1997, hemos tenido como postulado, una cita filosófica de Seneca, la cual reza: PREFIERO MOLESTAR CON LA VERDAD QUE COMPLACER CON ADULACIONES.
Finalmente recalcamos, que no todos los políticos de Tenares están montado en el carrusel que denunciamos en el presente texto, no, allí y tal como lo dice un slogan de una de las administraciones municipales pasadas, en este “Municipio de Gente Buena”, hay políticos y líderes que han actuado ajustado a lo que dictan buenas normas éticas y morales, y se han dedicado a forjar un tipo de accionar que lamentablemente y por el pobre desempeño de otros, no han posibilitado el brillo que tienen pero que de seguro estamos, esos sanos valores que todavía quedan en términos politológico, son los que tenemos que seguir para y en lo adelante, hacer lo que se tenga que hacer, y es: transformar la politiquería en política.
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