POR JOEL CHALAS
El pasado 2 de marzo, en el Hotel El Embajador de la capital Dominicana, se llevó a cabo lo que fue La Primera Cumbre del Liderazgo Electo de los Estados Unidos, de Ascendencia Dominicana, una actividad que marcó un ante y un después en la historia política de ambas naciones.
La idea, que nació en una comunidad montañosa de Tenares, provincia Hermanas Mirabal, específicamente en La Jibara, en momento que el actual alcalde Depeña, conversaba sobre sus propuestas electorales con el periodista Rafael Santos, quien justo es decir, formó parte de todo el engranaje de la citada Cumbre, desde su gestación hasta la consecución de la misma.
Durante varios meses y todos los martes, el diligente alcalde se reunía con su equipo. Trazaba las pautas a seguir, siguiendo todo un orden que de manera hasta militante, todos y cada uno de los que tenían algún tipo de responsabilidad las hacían con un apego amoroso. Algo así como una especie de compromiso con la madre patria.
El aliento y las arengas que Brian le daba a su equipo central y a quienes desde otros ángulos también hacíamos nuestros trabajos, era lo que servía de estímulo, pues el alcalde le puso tanta pasión al asunto, que la misma quedó impregnada en lo más íntimos de cada uno de los que se sumaron al evento en su parte organizacional.
Allí no había un solo elemento que pudiera poner en juego el éxito. La magnitud y la trascendencia de dicha Cumbre, la cual provocó entre otras cosas los más encumbrados elogios, tanto por parte de los 31 líderes asistentes desde diversos rincones o ciudades de los Estados Unidos, como del Presidente dominicano Luis Abinader, hasta llegar a los Ministros y funcionarios del primer nivel, hacia el alcalde de Lawrence, Brian A Depeña.
Brian se la lucio. República Dominicana tiene que estar orgullosa de tener un hijo de esta naturaleza. La ciudad de Lawrence debe también estar más que orgullosa, complacida del deber cumplido y que desde esta histórica ciudad se haya gestado esta magna actividad que ha quedado como sello en los anales de ambas ciudades.
Soy de los que piensa, que los frutos de esta Cumbre serán inmensos. Serán las semillas por donde se iniciarán a establecer los mecanismos correspondientes para el fortalecimiento de unas relaciones que no estaban y si las estaban, se encontraban muy disgregadas pero que gracias al esfuerzo hecho por el alcalde Brian DePeña, esto que acaba de pasar en Santo Domingo, más que quimeras, es ya una realidad de la cual todos somos participes, incluyendo aquellos que no fueron pero que en la segunda versión de la misma se sumarán de manera militantes.
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